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Disfrutando al aire libre

Las cosas son como son y no como nos gustaría fuesen. No podemos controlar lo que ocurre, igual que no podemos ser responsables de lo que hagan los demás, y solo podemos ser responsables de nuestros propios actos y nuestras propias respuestas a los actos de los demás y a las circunstancias de la vida.

 

Por ello, es importante aceptar lo que la vida nos traiga y dejar de reaccionar para aprender a responder, a dar nuestra propia respuesta auténtica y sincera, no solo la reacción automática que nos sale. Reconocer y asumir esta responsabilidad es primordial para poder tener mayor control y libertad sobre nuestras propias vidas. De esta forma podemos ser más y mejor nosotros mismos y cultivar, progresivamente, más autenticidad.

¿Qué podemos hacer?

  • Cultivar la observación

  • Tomar distancia de nuestros pensamientos, para dejar de creernos todo lo que pensamos.  

  • Cultivar la aceptación

  • Trabajar el mindfulness y la respiración como herramientas para ganar en control, libertad y autenticidad.

  • 2. Mindfulnes

Tu concepto o percepción de la realidad no es la realidad. Cuando quedas atrapado en tus percepciones e ideas, pierdes la realidad (Tchit Nhat Hanh).

 

La mente está activa la mayor parte del tiempo y le encanta vagar por el pasado, o adelantarse al futuro. A este estado de pensamiento, se le llama estado de rumiación y es probablemente la causa y no solamente la consecuencia de la infelicidad. El estado de atención es lo que surge  de estar presentes, con propósito, de forma abierta y amable en el momento presente y sin juzgar. Al cultivar el mindfulness, adoptamos una posición neutral como si fuésemos un observador externo.

// Los valores

Image by Daoudi Aissa

Los valores son estructuras de la consciencia y muestran las cualidades que son importantes para cada persona.

Los valores son estructuras de la conciencia sobre las que se construye el sentido de la vida en sus diferentes aspectos (1) y se identifican con cualidades que cada persona considera importante para sí mismo, para otra persona o para un grupo social. Los valores impulsan a las personas y a los grupos a actuar de una determinada manera porque conforman una parte destacada de sus creencias, expresan sus intereses y sentimientos y, por tanto, interfieren en el pensamiento. Los valores son relevantes a nivel individual y colectivo, ya que determinan aspiraciones, actitudes y comportamientos de comunidades y sociedades, y pueden clasificarse atendiendo a distintas características:

  • Valores materialistas y no materialistas (o posmaterialistas): Los valores materialistas se centran en aspectos como los ingresos, el crecimiento, el orden, la seguridad física y económica. Los valores no materialistas o posmaterialistas contemplan aspectos más intangibles y sutiles como la autorrealización, la participación, la solidaridad, el amor, el interés en el medioambiente o la calidad de vida.

  • Valores extrínsecos e intrínsecos: Los valores extrínsecos dependen de circunstancias externas a la persona o se centran en el objeto, como sucede con el éxito financiero, el atractivo físico, la popularidad social o el estatus. Los valores intrínsecos se legitiman por sí mismos, sin que intervengan la comparación ni propósitos ulteriores. Apreciar a los seres humanos por lo que son, independientemente de su papel social, nivel de desarrollo personal o contribución a la comunidad constituye un buen ejemplo de valoración intrínseca.

 

Los valores intrínsecos reflejan intereses personales íntimos y su consecución resulta de por sí satisfactoria, es decir, no constituyen un medio para alcanzar otros objetivos. Por el contrario, los objetivos extrínsecos se orientan hacia el exterior, entran en juego factores más allá del alcance de las personas y se construyen a través de comparaciones sociales. Las personas que persiguen objetivos extrínsecos tienen más probabilidades de perder la conexión con sus deseos y motivaciones intrínsecas porque tienden a basar sus esfuerzos en logros que les son ajenos, como el reconocimiento social o el poder económico. La consecuente preocupación por la opinión de los demás conduce a comparaciones interpersonales estresantes que socavan el bienestar propio y de los demás (2).

La satisfacción con la vida de las personas materialistas es inferior a la de las personas no materialistas y la anteposición de los valores extrínsecos a los intrínsecos se asocia a un menor bienestar y un funcionamiento personal menos positivo. El desarrollo de valores intrínsecos y posmaterialistas contribuye más decididamente a la felicidad.

Los valores personales tienen implicaciones sociales. Las personas que priorizan objetivos extrínsecos consumen más, su compromiso ecológico es más pobre, su deuda mayor, sus relaciones interpersonales más deficitarias y experimentan las relaciones amorosas como más conflictivas y menos felices. Puede explicar lo anterior que los individuos de orientación extrínseca hagan menos hincapié en valores como la afiliación y la benevolencia, sean menos empáticos y más maquiavélicos, utilicen la amistad para progresar y recurran a estrategias de competencia si les resulta útil, en vez de a la cooperación. La orientación extrínseca puede derivar en la cosificación de los demás, a quienes se utiliza para alcanzar las ambiciones propias. Por el contrario, los individuos con orientación intrínseca se preocupan tanto por su crecimiento como por el bienestar de los demás, cuya perspectiva respetan y con quienes resulta más probable que desarrollen relaciones de confianza (3).

Los valores intrínsecos y postmetarialistas ayudan a desarrollar mayores niveles de bienestar.

(1) Costa Alcaraz, A.M. y Padilla C.A. (2009). «Los valores», Fisterra. https://bit.ly/3oPCerG

(2) Duriez, B., Vansteenkiste, M., Soenens, B. y De Witte, H. (2007). «The social costs of extrinsic relative to intrinsic goal pursuits: their relation with social dominance and racial and ethnic prejudice», Journal of Personality, 75(4).

(3) Santos, L. (2018). «What psychological science says about the good life. Things we think will make us happy (but don’t)», The science of well-being, University of Yale. https://bit.ly/3feR33y

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